Google Pixel 6 Pro - seminuevo

Google Pixel 6 Pro - seminuevo

Precio habitual $ 13,999.00
Precio unitario  por 

Para bien o para mal, Google ha arriesgado con el diseño de sus Pixel 6 y, en opinión de servidor, esto son grandes noticias en tiempos de móviles clónicos. La franja de la cámara es la principal protagonista en la parte trasera, un diseño algo extravagante que, al menos en este color negro, ha logrado convencerme.

No me ha gustado tanto el acabado del cristal trasero (protegido con Gorilla Glass Victus), bastante brillante y fácil de llenar con la grasilla y huellas de los dedos. El módulo, al ser tan grande, recoge una gran cantidad de polvo por lo que, o ponemos funda, o el móvil estará sucio constantemente si lo llevamos en un bolsillo

Otro punto que se puede hacer algo extraño es la posición de la botonera. El botón de encendido no está abajo de los botones de volumen, sino encima, por lo que es algo difícil de alcanzar. En este modelo, por defecto, el botón de encendido no apaga el teléfono (más adelante hablaremos de esto), así que no llega a ser un problema, pero sí una curiosidad algo molesta.

La tasa de refresco funciona de forma muy similar a la del iPhone 13. Los saltos hasta los 120Hz son bastante progresivos, por lo que estamos ante un panel verdaderamente adaptativo, que ahorrará energía en los momentos en los que no estemos tocando la pantalla.

Además de ser un panel muy nítido y con más tasa de refresco que el Pixel 6, destaca por ser más consistente en los blancos y en los ángulos de visión respecto a su hermano menor. Las curvas muestran un sombreado que no es demasiado agradable, uno de los efectos colaterales de esta curva meramente estética.

El brillo automático tiene algunos problemas, uno de los fallos más reportados en ambos Pixel y que no ha logrado solucionar la actualización de enero. Tras una semana de uso, no ha logrado bajar lo suficiente en interiores ni subir lo suficiente en exteriores. Pero el principal problema viene con lo poco gradual que resulta, algo fácil de comprobar si bajamos el panel de notificaciones y grabamos el comportamiento del brillo.

Su funcionamiento va un poco a trompicones, sin subir gradualmente, sino dando saltos entre distintos valores hasta alcanzar el brillo que considera correcto. Si le damos unos segundos, acaba llegando a un valor más o menos correcto, pero en un móvil de este calibre el brillo automático debería ser suave y gradual, no ir saltando entre distintos valores cada X segundos.

Y, hablando de la pantalla, bajo la misma hay un polémico lector de huellas. El problema aquí es que Google ha incorporado un lector de huellas óptico, en lugar del ultrasónico que monta la mayoría de su competencia. Los lectores ópticos reflejan la luz sobre el dedo, para leer "la fotografía" del mismo, mientras los ultrasónicos emiten ondas que identifican toda la superficie del dedo, siendo más rápidos y precisos.

Esto se traduce en que aproximadamente, de cada 10 desbloqueos suele fallarme 2 o 3 veces. Es una cifra alta pero, al menos en mi opinión, no es algo tan dramático. Cuando llevamos unos días con el teléfono es fácil automatizar la postura exacta que debe tener el dedo, por lo que acabaremos desbloqueándolo fácilmente.